En el último Miss Universo la organización decidió tomar un rumbo diferente al que normalmente se persiguen en los certámenes de belleza. Después de que Donald Trump decidiera vender el concurso, una potente productora de televisión ha sido la encargada de retomar preciado negocio que antes poseía el magnate norteamericano.
En 2017 los forofos de este certamen quedaron sorprendidos con la clasificación en la final de la candidata canadiense, una chica llamada Siera Bearchell que no poseía el típico cuerpo de Miss cuando concursó.
Con una figura ‘curvy’ la bella canadiense logró meterse al jurado en el bolsillo apostando por una mujer mucho más real que no teme mostrar su cuerpo pese a no responder al los arqutípicos 90.60,90.
Lo sorprendente de este caso viene cuando nos fijamos en las redes sociales de esta chica, y es que si encontramos fotos de cuando fue coronada en Canadá, su cuerpo respondía a los estándares fitness clásicos en este tipo de competencias. Un cuerpo delgado y fibrazo que tornó en unas voluptuosas curvas que la ayudaron a clasificar entre las 10 mujeres más bellas del Miss Universo.
Muchas de las candidatas apuntan que Siera conocía de las intenciones de la nueva organización en lo que respecta a la búsqueda de una nueva belleza alejada de las estrictas normas que dicta el mundo de las pasarelas.
Verdad o no, lo cierto es que la canadiense posee una belleza única que independientemente a su peso, supo jugar sus cartas de un modo diferente al que se acostumbra en este tipo de eventos.